suelo ser piedra de sacrificio
en las horas escondidas del silencio
Son las promesas perdidas
de un tiempo que no es tiempo
y un espacio que se hunde en la distancia.
Son heridas, son alternativas
que se van fraguando
que se van mermando
en las infinitas miradas absolutas
Ser y ser, pero nacer
después del olvido
después haber brillado
y asumirse sombra
que carajo importa
Cenar confites en la azotea
halagos de paladares
y chuparse hasta los tuétanos
metidos en la caricia del viento
no es sólo ver caer el sol
sino saberse parte del ocaso
desde arriba, desde la misma luna
Ya el ritmo me huele a humo de ciudad
y mis pañuelos guardan sólo la sal
mis brazos cargan la mesura
y yo sin cordura aún
escupo el suelo que pisas
me marcho para el suicidio
de los amantes que jamás se olieron
Amé la distancia y los suspiros
ahora barro los pedazos de tu estatua
que en mi altar reposaba junto a las velas
te has caido de lo mas alto
pero fue culpa mia
por creer que las cortezas eran la fruta
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