6/7/10

Siempre se transforma en agua y mierda

Hablando hoy con un amigo me puse algo melancólica, no es que a mi me cueste mucho ponerme así y echarme a llorar como la propia Magdalena de novela mexicana, pero hoy en la conversación (que se suma con una de hace unos días) hice un recuento de dramas y detalles que pensé quería en mi vida, dps descubrí que no y finalmente no me quedó muy claro si las quería o no.

Entre las cosas que hablamos estaban las características de mi hombre perfecto, que si bien debe ser larguísima igual me siento en la necesidad de compartirla. Mi hombre perfecto es un tipo que obviamente me atraiga física y sexualmente, pero no necesito un Brad Pitt con el güevo de 20 cm de largo y 5 dedos de ancho, para nada, eso solo sería divertido para una película porno, pero no para la realidad; si no un tipo promedio que me atraiga a la primera mirada y que se sienta igualmente atraído por mi en el momento que le de mi primera mirada picarona a distancia, que dps de varias semanas o tal vez solo días de hablar nos terminemos de dar cuenta que hay química, que aparentemente tenemos lo suficiente en común y lo suficiente opuesto como para hacer divertidas las conversaciones y los ratos, no quiero un tipo lento que quiera primero hacerse mi súper amigo, porque pierdo el interés, me aburro y empiezo una nueva cacería, pero tampoco un tipo súper veloz que me pida una relación seria en la primera salida. Quiero un tipo que aún después de llamarse mi novio se preocupe por conquistarme constantemente y por ser mi amigo al mismo tiempo, con esto no quiero decir esos hombres de película super exagerados que te llenan la casa de flores en tres días, pero que sí se tome la molestia de decirme que me ama y me quiere cada vez que alguno de los dos salga de la habitación así sea solo para ir al baño, quiero un hombre que comprenda que no soy una mujer con un caracter sencillo, que entienda que cuando me molesto sin razón generalmente lo mejor es esperar a que se me pase para decirme delicadamente que me porté como la propia loca, quiero un hombre que me hable con la verdad y encuentre encantadores mis constantes antojos, no pretendo que los complazca todos, pero que sepa y entienda que el día que complace uno va a hacerme feliz y que sienta que por eso lleno su vida de alegría. Quiero un hombre que entienda que una vez al mes mis hormonas se descontrolan y parezco bipolar, pero que si él tiene paciencia apenas salga de mi desorden hormonal voy a agradecerle su paciencia y su amor, que voy a corresponderlo como mejor pueda. Quiero una pareja que me diga que me veo linda aún cuando esté con la peor apariencia.

Quiero un hombre que comprenda que una noche romántica no se basa en cuánto se gasta, si no en cuán única será para el resto de nuestras vidas, que comprenda que siempre preferiré cenar pizza con una botella de vino sentados en el piso del cuarto viendo una película mala riéndonos, pero que toda la situación nos haga sentir como los dos únicos seres en todo el mundo y que no nos hace falta nadie más por ese momento, que entienda que es más romántico abrazarme y acariciarme después de una noche o un momento de puro sexo y decirme que me ama a regalarme un collar de brillantes en un restaurant costoso delante de un montón de gente.

Quiero un hombre que comprenda el valor de la intimidad, pero que aún así quiera salir con los amigos y explorar mundos nuevos, no importa si es una playa que no hayamos visitado nunca o es ir a hacer mercado para una reunión con un montón de gente y reírnos con los demás de las locuras del más loco del grupo, quiero un hombre que esté dispuesto a renunciar a una noche con los amigos solo para quedarse conmigo porque me duele la cabeza, pero que a la vez me obligue a ni abandonar a mis amigas para estar con SUS amigos.

Mi hombre perfecto es capaz de ver una película que no le gusta ni soporta solo por verme sonreír al salir de la sala de cine y que sea capaz de arrastrarme a ver una horrorosa película de acción solo para que yo entienda que él quiere compartirlo todo conmigo, quiero que me enseñe a darle espacio y a tener mi propio espacio, que me cele cuando un hombre me mire lujuriosamente, pero que no le de más importancia de la que tiene.

Ese hombre evitará a toda costa ser asediado por otra mujer porque sabe que me hace daño y me hace sentir insegura, este hombre entiende que mis celos no son falta de confianza, son exceso de amor y miedo a perderlo, este hombre maravilloso y perfecto tiene miedo a perderme y me cuida como una rosa de cristal de la que depende su vida. Comprende que necesito algo de drama en mi vida, pero no me permitirá convertirlo todo en un drama porque siempre será sincero y claro conmigo.

El problema está en que es probable que todos los hombres que han pasado por mi vida han sido muy parecidos a mi hombre perfecto, pero al final todo se convierte en agua y mierda, pronto dejan de entender el valor que tiene para mi escucharlos decir que me aman, pronto olvidan que el romanticismo en serio es importante para mi, pasa el tiempo y el poco drama que me da algo de placer se convierte en una constante que me abruma y ni si quiera me doy cuenta, a estos hombres se les ha olvidado ser sinceros y reales conmigo, se les ha olvidado recordarme que a veces me convierto en una bruja que los ahoga y se les ha olvidado que una vez al mes no soy yo si no un cúmulo de hormonas fuera de lugar.

Así que al final todo se convierte en agua y mierda, los buenos recuerdos empiezan a desvanecerse y cada día hay más reclamos, lo que antes hacíamos juntos ahora lo tiene que hacer solo, sin una explicación ni una razón, lo que antes nos divertía ahora nos aburre, de repente el drama es diario y nos damos cuenta que nos aburrimos, nos ahogamos... nos damos cuenta que todo se está terminando, la relación no funciona porque fuimos olvidando lo que nos hacía felices, todo se complica, ya nada funciona.

Quiero creer que ese hombre perfecto que describí antes existe y quiero pensar que con él todo dejará de transformarse en agua y mierda, que todo será una esfera de cristal un poco opaco, un poco agrietada, pero bella para los dos.

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